Una teología para la liberación

La teología de la Liberación creada por el sacerdote Gustavo Gutiérrez, surgió en la década del 60 del pasado siglo, se consolidó en las décadas del 70 y del 80 y tuvo gran vigencia hasta los últimos 10 años del mismo. Su expansión estuvo enmarcada en años de rebeliones populares a nivel mundial, incluyendo el núcleo de lo que denominamos civilización occidental: Europa y EE.UU.  territorios que fueron remecidos por una juventud que le gritó basta al capitalismo e inclusive se extendió a Estados donde se había consolidado el burocratismo socialista.

Nuestro país, nuestro Perú, no fue ajeno a estos aires liberadores. En esos años turbulentos nació y se forjó una nueva izquierda, y dentro de ella nuestro Partido: Patria Roja. Izquierda Unida fue la mayor experiencia de unidad de los sectores populares organizados y una esperanza, lamentablemente frustrada, para convertirnos en una República. Así, dentro de este ambiente político, se creó y formo la Teología de la Liberación.

El iniciador de esta nueva forma de abordar la teología, particularmente la cristiana fue el sacerdote Gustavo Gutiérrez, cuyo mérito consistió en bajar desde las alturas del cielo hacia la tierra la palabra de Jesucristo y hacerla aterrizar en el mundo de los pobres, a los que sufren por la opresión del sistema capitalista, y que son, al fin de cuentas, los humillados y ofendidos por la explotación económica.  

Esta opción Preferencial por los Pobres condujo a que la reflexión y los juicios expresados por esta teología fueran observados por la alta jerarquía de la Iglesia Católica, e inclusive mal vistas por las acciones de carácter político que tuvo su militancia a nivel mundial.

Es cierto que los marxistas por la concepción materialista de carácter científico que asumimos para explicarnos el universo, la naturaleza de nuestro planeta y la sociedad no estamos de acuerdo con los planteamientos que asumen las religiones y particularmente el cristianismo en este aspecto, pero sí debemos valorar el carácter positivo que conlleva la Teología de la Liberación para analizar la sociedad y su práctica en el mundo de los pobres, y de apoyo a sus luchas por un mundo mejor sin explotadores ni explotados.

El sacerdote Gustavo Gutiérrez y su obra por lo expuesto, se enmarcan en la gran corriente revolucionaria mundial de transformación, así como las nuevas propuestas relacionadas con la ecología y el feminismo anticapitalistas, reivindicaciones que todo revolucionario no puede dejar de lado si es que luchamos por una justicia social para los explotados.

En un país como el nuestro en el cual la cultura conservadora y reaccionaria todavía perviven y son dominantes en amplios sectores populares, y, por lo tanto, es difícil extirparlas precisamente por la labor reaccionaria que ejerce un sector importante de las iglesias peruanas, la labor y el pensamiento de la Teología de la Libración se ha convertido en un aliado muy importante por la lucha de nuestra liberación. En esta Semana Santa saludo y felicito al sacerdote Gustavo Gutiérrez que este año cumple 95 años y que con sus publicaciones nos ha permitido conocer a un Cristo liberador, al cual no pueden acceder ni comprender los explotadores, porque su labor y legado no ha sido dirigido hacia ellos. Y, como bien señala este teólogo:” La teología es una reflexión sobre la fe, y la fe lo que tiene que hacer es movilizar a las personas para cambiar”.

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