Mensaje Central por el 95 Aniversario

MOMENTOS COMO ESTE DEBEN SER DE REFLEXIÓN, BALANCE Y REAFIRMACIÓN COMUNISTA

Mensaje del Comité Central con ocasión del 95 aniversario de la fundación del Partido

Estimados camaradas y amigos:

Permítanme, en primer lugar, agradecer vuestra presencia en este acto por el 95 aniversario de la fundación del Partido por iniciativa y guía orientadora de José Carlos Mariátegui.

Cuando observamos la historia del Perú no podemos menos que reconocer la presencia de los comunistas en la batalla por la democracia, la soberanía nacional, la justicia social, como parte de su lucha por el socialismo. Cientos de sus integrantes pagaron con su vida, cárceles, persecuciones, destierro, por su militancia comunista. A ellos nuestro homenaje. También a quienes, en las condiciones complejas y difíciles del presente, persisten en defender sus ideales y continúan en la tarea de construir “un Perú nuevo en un mundo nuevo”.

Momentos como éste deben ser de reflexión, balance y reafirmación comunista. Vivimos tiempos complejos, de cambios nunca vistos en la historia de la humanidad, también de riesgos y amenazas a su sobrevivencia en el planeta. Cinco siglos de hegemonía europea y occidental, de guerras, intervencionismo, saqueo, expoliación, impuestos por el capitalismo y el imperialismo, se halla en decadencia. En medio de tensiones crecientes se va construyendo un nuevo orden mundial que cuestiona el hegemonismo, con Estados Unidos a la cabeza.

El Perú no es ajeno a este mundo en ebullición. La república que surge con la Independencia sigue inconclusa. El neoliberalismo, que se nos impuso con el fujimorismo, tiene su mejor reflejo en el Perú decadente, caótico, desbordado por la ineptitud, la corrupción, la violencia, la arbitrariedad, el autoritarismo, los privilegios para pocos, que caracteriza el actual escenario nacional.

Vivimos, pues, un tiempo de crisis y descomposición social, política y moral que marca el Perú de los últimos años, que sintetizan muy bien el gobierno que preside la Sra. Boluarte y el Congreso de la vergüenza. Por esa razón, no es suficiente cambiar a quienes lo ejercen, como algunos se ilusionan. Se requiere, sobre todo, un cambio de rumbo y un gobierno que lo represente. Por esa razón, resulta indispensable construir una alternativa de gobierno democrático, de justicia social y regeneración moral, que convoque, una y   organice a la mayoría de peruanas y peruanos que cuestionan el régimen actual. De allí, también, la necesidad de abrir paso a una nueva República y una nueva Constitución.

La derecha económica y política tiene una estrategia y un plan: quedarse en el gobierno más allá de 2026. Carente de legitimidad, su opción es el autoritarismo y la dictadura, el control de las instituciones del Estado, la manipulación mediática, las maniobras orientadas a dividir y corromper el campo popular a cambio de dádivas. Necesitan la continuidad de un modelo de economía y un Estado patrimonialista que les permita conservar sus privilegios.

Su mayor ventaja, además de los mecanismos de poder que controla y de la hegemonía ideológica que dispone, tiene que ver con un factor externo: la inexistencia de una alternativa unificada desde la izquierda, el movimiento popular y el progresismo. Convenzámonos: fragmentada, carente de un proyecto y estrategia común, adicta a la improvisación, distanciada de las masas populares, no es mucho lo que se puede garantizar desde este lado de la trinchera, incluso frente a un gobierno corrompido y rechazado como el actual.

Una izquierda y un movimiento popular, sin estrategia que le asegure horizonte, entusiasmados por la coyuntura y el día a día, no estará en capacidad de construir la unidad, la organización y la ruta que permita alcanzar el éxito deseado y el   ejercicio solvente, responsable, de los resultados de esa victoria. El gobierno de Pedro Castillo es un ejemplo patético que no se debe olvidar.

El escenario político, económico y social no es nada tranquilizador. Ingresamos en un período próximo a la recesión. La economía peruana será este año la de más bajo crecimiento en la región. La pobreza crece. La inflación se mantiene. La desocupación, sobre todo juvenil, se incrementa. Los ingresos fiscales y la inversión se reducen. Nada mejor se augura en el ámbito social. La corrupción, la   inseguridad, la baja calidad de la educación y la salud, se agravan. Nos encontramos en un escenario de conflicto que obligará a tomar las calles, que nos exige estar preparados si no queremos que los acontecimientos nos desborden.  La insurgencia popular de diciembre pasado no debe ser olvidada.

La experiencia nos convence de que no es suficiente la lucha. Hay que saber luchar, saber unir, saber organizar, saber vencer y administrar los frutos de la victoria.

Camaradas:

Vivimos tiempos de crisis, por consiguiente, de tensión, agudización de contradicciones, también de exigencia de renovación política, moral, intelectual, de la cual no se excluyen la izquierda y el mismo Partido. También para la izquierda y el mismo Partido. Hay muchas formas de hacer política, de relacionarse con las masas, de organizarse, de entender la unidad, muchas de ellas ya agotadas. Tenemos que encontrar respuestas y métodos nuevos que correspondan a las condiciones del presente o corrijan errores y deformaciones como el sectarismo o el burocratismo. Tomar conciencia de la necesidad de recuperar la confianza de los trabajadores, de la juventud, la mujer, los intelectuales, los emprendedores, desechando la política hoy corrompida por el oportunismo, el caudillismo, el mercantilismo, es una tarea de primer orden si queremos construir una alternativa creíble desde la izquierda y el socialismo. Sin Partidos con arraigo en el pueblo, con programas claros, con estructura organizada, con liderazgos honestos, con capacidad de unir lo disperso, no es mucho lo que se puede lograr.

La situación del Partido tampoco es la mejor. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos, mirarnos de frente en el espejo. Sólo conociéndonos bien como nos encontramos, con virtudes y defectos, capacidades y limitaciones, podremos encontrar la salida apropiada para avanzar. Pero no es suficiente. Requerimos   conocer el escenario nacional, regional o local en que actúa el Partido, indispensable para contar con una buena estrategia y táctica, sacar ventaja de las oportunidades y organizar las fuerzas que necesitamos para conseguir los objetivos trazados.

De esta constatación podemos sacar una conclusión fundamental: la importancia del partido político revolucionario capacitado para asumir un rol de dirección y organización, unido e implantado en el seno de las masas, preparado para la lucha que garantice éxito en todos los escenarios. Este es el Partido que necesitamos construir. Un partido comunista, además, que sabe sacar lecciones de la historia, aprender de sus errores y corregirlos a tiempo con firmeza.

Los retos que tenemos son inmensos, también las amenazas y peligros. Precisamente, una característica comunista que viene de los tiempos de Carlos Marx, es la capacidad de enfrentar esos retos con coraje y sabiduría, con espíritu creativo. No nos arredran las dificultades. Por lo demás, no es el pesimismo, la confusión o la desconfianza la mejor manera de enfrentar las cosas. Todo lo contrario. Nos anima el optimismo revolucionario, la certeza de que nuestra causa es justa, la confianza en el pueblo como protagonista de la historia. Nuestro escenario natural es la lucha, pero la lucha fundada en ideas, en objetivos a alcanzar, en convicciones firmes. Eso es el socialismo, el marxismo leninismo, la emancipación del pueblo, la grandeza de la Patria.

José Carlos Mariátegui es un ejemplo extraordinario al respecto, un referente ideológico, político, intelectual, moral, revolucionario intachable. Pensar como Mariátegui, luchar como Mariátegui, confiar en el pueblo como Mariátegui, ser revolucionario creador como Mariátegui: he allí un reto para nosotros. Entonces la política se entenderá de otra manera a la pervertida y precaria de hoy. En sus palabras – también en su práctica – “la política es la única grande actividad creadora, la realización de un inmenso ideal humano”. Por eso, lo único que reclamó para sí fue que le reconocieran su “honestidad”. Allí se asienta su grandeza. Esa es la dimensión de la política que asumimos los comunistas. En un país donde la crisis moral lo corrompe todo, es más urgente, más actual, más necesario volver al Amauta y continuar su obra.

El reordenamiento del Partido, su renovación y actualización, es un requisito obligado para avanzar y convertirse en un partido político del proletariado grande, de masas, influyente, correcto, unido. Es una tarea que debemos asumir con coraje y determinación. De su éxito depende mucho su futuro. Implica resolver problemas internos basado en principios, recurriendo a la crítica y autocrítica franca, honesta, con la voluntad de resolver problemas; jamás a la inquina, el subjetivismo, los adjetivos en lugar de argumentos e ideas.

Persistiendo en la estrategia de cambio o continuismo neoliberal, venimos insistiendo en la tarea de gran unidad para un gran cambio. Sin construir unidad y de continuar la fragmentación de la izquierda peruana, también en el   movimiento popular, no es mucho lo que se puede avanzar. Llamamos a los camaradas a trabajar con firmeza en esta tarea, a tomar la iniciativa en la lucha por la unidad donde quiera sea necesario, colocando el énfasis en la relación directa con las masas. Saludamos los esfuerzos que se hacen en la Coordinadora de Organizaciones de Izquierda y Progresistas, reactivando la Asamblea de los Pueblos y otras instancias del ámbito popular.

Esperamos alcanzar pronto la inscripción del Partido de Trabajadores y Emprendedores, PTE, una experiencia nueva orientada a construir una corriente de izquierda y popular que deje atrás tradiciones sectarias, estrechas, burocrática, tan frecuentes en la izquierda peruana. Un proyecto de cara a la población, que se organiza desde las bases, abierto a todo hombre o mujer de izquierda, progresista, a los trabajadores y emprendedores, a la juventud y la intelectualidad, impulsor de la unidad más amplia que el pueblo peruano demanda. Convocamos a los camaradas a trabajar con entusiasmo, iniciativa y espíritu abierto en esta tarea

Nuestra solidaridad permanente con el gobierno y pueblo de Cuba, patria de Martí y Fidel, avanzada del socialismo en Latinoamérica, con Venezuela combativa, con todos los pueblos de la región que luchan contra el imperialismo y el desarrollo soberano de sus pueblos.

Nuestra solidaridad con la República Popular de China, abanderada de la batalla por un mundo multilateral y una Comunidad de destino común de la humanidad.

Por una solución pacífica al conflicto en Ucrania

Lima, 6 de octubre de 2023

¡CON MARIÁTEGUI, SIEMPRE!

¡VIVA EL 95 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO!

¡VIVA EL PUEBLO PERUANO!

¡VIVA EL SOCIALISMO!

¡NUEVA REPÚBLICA CON NUEVA CONSTITUCIÓN!

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