Tomás Escajadillo y nuestro indigenismo

De: Mario Tejada

Lo últimos acontecimientos políticos nos muestran un país fracturado y dividido. Hecho que la opinión y cultura oficial negó. Su mentira se impuso a través de la educación e impregnó en grandes sectores populares. Para conseguir este fin, se contó con el apoyo de las grandes cadenas televisivas y periodísticas, cuyos dueños son o están vinculados a la burguesía que domina nuestra economía, educación y sentido común. Para desmentir esta falacia, está ahí, vivita y coleando la literatura indigenista.

El arte que mejor ha expresado el estado de postración, reivindicación y lucha del campesinado ha sido la novela y poesía indigenista, cuyas máximas expresiones y estudios las encontramos en el pasado siglo. Tomás Escajadillo fue uno de sus s más destacados investigadores. Lamentablemente hubo y hay críticos literarios que señalaron que estas expresiones artísticas eran realidades del pasado, ya superadas por la realidad actual producto del desarrollo del capitalismo peruano, por ello ya no tenía vigencia. Nada más falso. El campesinado, particularmente el andino con sus luchas actuales ha demostrado este grave error.

Escajadillo en sus publicaciones supo sistematizar el desarrollo de la literatura indigenista, teniendo como referente los escritos de Mariátegui, particularmente los 7 ensayos. Él continúo esta línea de abordar la realidad y señaló que una de su más destacada característica es el aspecto reivindicativo, de lucha, y el testimoniar y demostrar el estado de postración, abuso y explotación de estos importantes sectores de nuestra población.

En sus investigaciones sobre la literatura indigenista señaló que ella se inicia con Enrique López Álbujar y sus más destacados exponentes son Ciro Alegría y José María Arguedas. En su ensayo El indigenismo narrativo peruano, define a estas expresiones artísticas señalando: “Precisemos ahora nuestro concepto de “indigenismo”. Las condiciones que debe tener una obra para tener tal calificación. Además del requisito de “sentimiento de reivindicación social” del que nos ha hablado tantos estudiosos, pienso que una narrativa auténtica debe tener dos cualidades más; lo que enuncio como “superación de ciertos lastres del pasado, especialmente la superación romántica del mundo andino”, y lo que exige una novela indigenista “suficiente proximidad” en torno al mundo novelado, el indio y el Ande”.

El fallecimiento de Tomás Escajadillo deja un gran vacío difícil de llenar en el campo de la investigación y reflexión en nuestra literatura de siglo pasado. Así lo han señalado en las redes sociales los investigadores y personalidades literarias. Sus discípulos, profesores ahora en la Universidad Mayor de San Marcos, seguirán su ejemplo de rigurosidad investigativa y, como ser humano, de izquierda que fue. 

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