SOBRE LA SITUACIÓN DE LA UNIVERSIDAD PERUANA

  1. En medio de un mundo convulsionado, cuya principal característica es la crisis de la hegemonía unipolar de Estados Unidos y el desarrollo de una tendencia a la multipolaridad, en el país vivimos una situación política en que el poder de la ultraderecha, especialmente el fujimorismo, se consolida en el Congreso de la República, en alianza con el régimen autoritario y represivo de Dina Boluarte, pero subordinándolo; avanzando en el copamiento de instituciones claves del aparato estatal que le permitan al fujimorismo, principalmente, asegurarse un triunfo electoral en el 2026 y mantenerse en el poder por varios años más. En medio del fracaso del proyecto neoliberal y de la descomposición social, política y moral del país, el movimiento popular, luego de las grandes movilizaciones de fines de 2022 y comienzos de 2023 ingresó en un período de reflujo del que no se recupera hasta el momento.
  2. En este contexto político se desenvuelve la educación superior pública, especialmente universitaria, cuya crisis se ha visto ahondada con la aplicación de la Ley Universitaria 30220, la misma que obedece a las exigencias de los organismos financieros internacionales, especialmente el Banco Mundial, convertidos en entes rectores de la educación en buena parte del mundo, cuyo propósito es convertir a la educación superior en un mecanismo funcional a las necesidades del capitalismo neoliberal, siendo la privatización viga fundamental en los planes neoliberales.
  3. El Decreto de Urgencia N° 006-2024 impactó seriamente en la economía de las universidades públicas, pues significa un serio recorte presupuestal que limita el gasto en viajes de investigación y estudios, organización de eventos académicos, servicios de movilidad, cumplimiento de convenios colectivos con docentes y trabajadores administrativos, entre otros.
  4. Asimismo, medidas demagógicas y populistas de diversas fuerzas políticas en el Congreso (incluidas algunas de pseudoizquierda como Perú Libre) están dando como resultado la creación de más universidades públicas en varias provincias y distritos del país. Esto ha sido presentado como un “logro” en el mensaje presidencial de Dina Boluarte, al reseñar la creación de 11 universidades públicas, siendo muchos más (80) los proyectos de ley presentados para formar otras universidades. Nada bueno puede esperarse de universidades que nacen sin presupuesto ni infraestructura, ni obedecen a planificación alguna. Demagogia y clientelismo, traficando con las justas aspiraciones del pueblo a la educación superior, es lo que subyace en este afán de los congresistas por congraciarse con poblaciones de las que esperan respaldo en sus futuras aventuras electorales. En lugar de fortalecer, con mayor presupuesto, a las universidades públicas que existen en todas las regiones del país y permitirles formar una sólida red de filiales en sus respectivas provincias, se recurre al fácil expediente de fundar nuevas universidades, recortando el presupuesto de las ya existentes y dividiendo el canon que les corresponde a un buen número de ellas con las recién creadas. Ni calidad en la formación profesional, ni adecuado desarrollo de la investigación podrán tener estas universidades que, por el momento, sólo existen en el papel y cuyo funcionamiento real demorará varios años, pues requieren infraestructura, plana docente y administrativa y equipamiento. Además del manejo político y clientelar en la formación de las comisiones organizadoras de las nuevas universidades, cuya elección depende del Poder Ejecutivo.
  5. Pero no sólo de crear universidades vive el Congreso. También incursionó para legislar en favor de intereses privados vinculados a la universidad, principalmente. Así, aprobó la Ley N° 32105 para dar luz verde a carreras profesionales 100% virtuales, incluidas las de ciencias de la salud, cuyos principales beneficiarios son las universidades privadas –principalmente societarias (con fines de lucro)– que tienen carta blanca para incrementar sus negocios, sin importar la idoneidad en la formación académica. Por otro lado, en dicha ley aprobó el licenciamiento definitivo de universidades, siendo que aquí también las principales beneficiadas son las universidades privadas, recordando que el 50% de éstas no pasaron la prueba del licenciamiento. Que un Congreso tan inepto y desprestigiado como el que tenemos legisle con profusión y detalle en temas universitarios se presta a suspicacia por los oscuros intereses que defienden varias de sus bancadas. Pero, además, colisiona con la autonomía de las universidades para definir su vida académica, pues ellas no fueron consultadas sobre estas medidas.
  6. El Ejecutivo, por su parte, también cumple su papel en este proceso destinado a profundizar la crisis de las universidades públicas en el Perú. Al Decreto de Urgencia N° 006-2024, ya referido, se suma el Decreto Supremo N° 013-2024-SA, por el cual el Examen para el SERUMS, que estaba a cargo de las respectivas Facultades y Escuelas de Ciencias de la Salud, ahora pasa a estar a cargo del Ministerio de Salud, poniendo en riesgo la necesaria y rigurosa evaluación de quienes van a tener bajo su responsabilidad la vida y la salud de millones de peruanos.
  7. El reflujo en el movimiento popular también se expresa en el ámbito universitario, donde la desmovilización y la despolitización, especialmente entre los estudiantes, alcanzan cotas altas. Las ideas neoliberales, principalmente el individualismo y el pragmatismo, son hegemónicas en las universidades, mientras las fuerzas de izquierda se encuentran a la defensiva. Cambiar esta situación exige dar una adecuada lucha de ideas y trabajar por conquistar la hegemonía ideológica, política y cultural en las instituciones de educación superior, recuperando el sentido ético y crítico de la política y haciendo que ésta convoque el interés de las masas universitarias.
  8. Las organizaciones representativas del movimiento universitario están debilitadas, desarticuladas o divididas. Esto es particularmente notorio en el caso de los docentes universitarios, cuya FENDUP se encuentra dividida desde hace 10 años. Nuestro Partido ha venido planteando la necesidad imperiosa de retomar el camino de la unidad y trabajando en ello. Saludamos los esfuerzos de un importante sector de docentes que acaban de realizar un Congreso Nacional de la FENDUP en la UNI y han conformado una Comisión de Enlace con la FENDUPP Histórica y otras bases con el fin de arribar a un evento unitario. Por su parte, el gremio estudiantil nacional, la FEP, necesita con urgencia recuperar su representatividad entre los estudiantes, avanzar hacia un Congreso Nacional auténticamente democrático y derrotar a los operadores que hoy están en su dirección.
  9. En consecuencia, es indispensable desarrollar una propuesta integral, democrática, emancipadora, inclusiva y crítica de educación superior para el Perú, en estrecha relación con las características del país para aportar a la forja de un proyecto nacional de desarrollo transformador, que supere la mirada estrecha y coyuntural de los problemas del Perú. En términos concretos, debe trabajarse seriamente en la propuesta de una nueva Ley Universitaria, que surja efectivamente desde la propia comunidad universitaria, desarrollando un movimiento de discusión al respecto, que tome en cuenta el papel de la universidad en el desarrollo del país en términos de mediano y largo plazo.
  10. En estas tareas nuestro Partido tiene una responsabilidad que cumplir y debemos asumirla con decisión.

BURÓ POLÍTICO DEL COMITÉ CENTRAL

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