MOVILIZACIÓN, DIÁLOGO Y PROPUESTAS
PARA UNA REFORMA RADICAL
- Mientras el mundo observa, con asombro, las medidas arancelarias del gobierno de Trump que destruyen el discurso neoliberal del libre comercio y la globalización, así como la eliminación de las fronteras nacionales, como fin último de la historia; nuestro país está atrapado en el lodazal de la corrupción generalizada, la economía ilegal, la violencia de las bandas del crimen organizado y la antipolítica (o degeneración de la política), todas herencias de más de tres décadas de hegemonía neoliberal en todos los aspectos de nuestra sociedad.
- La universidad no puede escapar a este contexto complejo que se da en los planos internacional y nacional. La profunda crisis que vive el país, crisis moral especialmente, también se expresa en la institución universitaria que ha perdido el rumbo y el sentido de universidad propiamente dicho, lo cual impide que se convierta en elemento dinamizador o catalizador de un proceso de cambios en el Perú. Ahí tenemos la actuación del gobierno universitario de San Marcos que, en su afán de manejar las próximas elecciones en función de sus intereses, agrede a los estudiantes y reprime sus medidas de lucha con el empleo de fuerzas de choque, así como inhabilita a docentes de listas opositoras.
- La alianza corrupta Congreso-Ejecutivo, con afán demagógico y desesperada por generarse apoyo en algunos sectores de la población, contribuye a profundizar la crisis de la universidad, creando decenas de nuevas universidades públicas (en lugar de fortalecer las existentes) en provincias y distritos de diversas regiones del país, sin ninguna planificación ni estudio previo y sin contar con presupuesto ni infraestructura, sólo con la expectativa de conquistar el voto popular en las próximas elecciones. Semejante irresponsabilidad tendrá consecuencias graves para la institución universitaria.
- Por su parte, el movimiento universitario ha desaparecido en la práctica, con una profunda despolitización en sus integrantes y sin ver más allá de sus reivindicaciones inmediatas, con sus organizaciones representativas muy debilitadas y fragmentadas. Los gremios docentes están divididos y canibalizándose entre sí, lo cual hace imposible la acción conjunta de la docencia universitaria para la conquista de sus reivindicaciones, así como para el desarrollo de una propuesta de cambio radical en la universidad. Los gremios estudiantiles –donde existen– acusan notorias debilidades y falta de representatividad. La FEP, hoy en manos de “operadores”, ha abandonado por completo su larga tradición de lucha al frente de los estudiantes del país.
- Una alternativa para la universidad tiene que ser integral e indesligable de la propuesta de un Proyecto Nacional. Requerimos una Reforma Universitaria radical (derrotando la hegemonía y la contrarreforma neoliberal), que haga que sus tres pilares básicos: formación profesional, investigación y compromiso social se conviertan en activos factores de cambio estructural en nuestra sociedad. La política, en su más alta expresión, debe retornar a la universidad y ésta debe retomar su condición de centro de debates y de lucha de ideas que repercutan en el escenario nacional.
- La investigación, factor clave para toda institución universitaria, debe orientarse a resolver problemas concretos de la comunidad donde desarrolla su actividad académica, asumiendo el criterio de universidad que va al encuentro de su pueblo. Esto exige derrotar la hegemonía neoliberal de los papers y la mercantilización de las revistas indexadas que se han impuesto como sinónimo de investigación y de calidad académica, dando como resultado investigaciones fragmentarias que no ayudan a resolver los problemas del país.
- La formación profesional debe ser multidimensional, profundamente humanista y alejarse del criterio tecnocrático y exclusivamente mercadocéntrico que caracteriza a la universidad de tiempos neoliberales. El futuro profesional tiene que desarrollar el pensamiento crítico y conocer a profundidad la realidad del país.
- El compromiso social va mucho más allá del concepto de “responsabilidad social” copiado mecánicamente del lenguaje empresarial. Significa interrelacionar a la universidad con su comunidad, con la sociedad a la cual se debe y a cuyo servicio deben estar orientados los planes estratégicos de cada universidad.
- El factor humano es fundamental en todo orden de cosas. Superar la crisis actual de la universidad requiere un profundo cambio en el pensamiento y en la práctica de sus integrantes. Los estudiantes —el factor más dinámico a través de la historia— necesitan retomar su papel de avanzada y con ideas de renovación y cambio, fortaleciendo sus organizaciones y recuperando la representatividad de éstas. Los docentes requieren ofrecer una formación académica integral, crítica y de alta calidad, con ética y valores, al mismo tiempo que recuperar la unidad de sus organizaciones representativas. Los trabajadores administrativos también tienen un papel importante que desarrollar en una propuesta de reforma y cambio en la universidad, superando el estrecho marco del economicismo.
- En estas circunstancias requerimos con urgencia retomar la discusión de ideas y de propuestas sobre lo que debe ser la universidad en nuestro país. Nuestra propuesta sigue siendo la de universidad pública, gratuita, laica, de calidad, al alcance de todos, con autonomía, presupuesto justo y democracia interna. Un gran diálogo universitario, con la participación activa de sus estamentos, es necesario, superando la estrecha visión tecnocrática y profesionalizante con que se conduce actualmente la universidad en el Perú.
¡Derrotemos la hegemonía neoliberal en la universidad!
¡Luchemos por una auténtica Reforma Universitaria para el siglo XXI!
Lima, 14 de mayo de 2025.
Buró Político del Comité Central
Alberto Moreno Rojas
Presidente
Manuel Guerra Velásquez
Secretario General